
"...Cuánto cuesta abandonarte, lavarme
de tu olor, quitarme las huellas de
tu peso.."
Quizás lo más curioso de todo, fue que desde el mismo momento que nos despedimos, comencé a olvidarte; a pesar de todos los te amos y de llevar aun en mi cuerpo tus caricias y tu olor. Desperté a esta odiosa realidad y he comenzado a borrar de mi piel y de mi corazón todo lo sucedido anoche.
Es ahora cuando se lo que realmente significa el exilio: me he desterrado por completo de los terrenos farragosos de tu amor, donde la condición inequívoca es perderme en ti, donde me he aborrecido por no haberme entregado completamente.
Y cierto dolor me oprime el corazón, pero esta vez tengo la certeza de que es por mí: por mi incapacidad, por mis elecciones y mis errores. Por todas las oportunidades que he dejado pasar de largo.
La constante de estos días ha sido el olvido, he desahuciado a aquella que fui, hambrienta de aventuras, pero sobretodo de un poco de ternura.
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