abril 26, 2007

Recorriéndote (Gioconda Belli)



Quiero morder tu carne
salada y fuerte,
empezar por tus brazos hermosos
como rama de ceibo,
seguir por ese pecho con el que sueñan mis sueños
ese pecho-cueva donde se esconde mi cabeza
hurgando la ternura,
ese pecho que suena a tambores y vida continuada.
Quedarme allí un largo rato
enredando mis manos
en ese bosquecito de arbustos que te crece
suave y negro bajo mi piel desnuda
seguir después hacia tu ombligo
a ese centro donde te empieza el cosquilleo,
irte besando, mordiendo,
hasta llegar allí
a ese lugarcito
-apretado y secreto-
que se alegra ante mi presencia
que se adelanta a recibirme
y viene a mi
en toda su dureza de macho enardecido.

Bajar luego a tus piernas
firmes como tus convicciones guerrilleras,
esas piernas donde tu estatura se asienta,
con las que vienes a mi
con las que me sostienes,
las que enredas en las noches entre las mías
blandas y femeninas.
Besar tus pies, amor,
que tanto tienen que recorrer aún sin mí
y volver a escalarte
hasta apretar tu boca con la mía
hasta llenarme toda de tu saliva y tu aliento
hasta que entres en mí
con la fuerza de la marea
y me invadás con tu ir y venir
de mar furioso
y quedarnos los dos tendidos y sudados
en la arena de las sábanas.

abril 23, 2007

A propósito de infidelidades.........

Alice: ¿Si me amaste?
Dan: Siempre te amaré, odio herirte
Alice: ¿y por que me hieres?
Dan: Porque soy egoísta
...................................................
Alice:¿Por qué el amor no es suficiente?

Diálogo de la Película Closer
Entre Natalie Portaman y Jude Law

Con el dolor en las entrañas


"...Cuánto cuesta abandonarte, lavarme
de tu olor, quitarme las huellas de
tu peso.."


Quizás lo más curioso de todo, fue que desde el mismo momento que nos despedimos, comencé a olvidarte; a pesar de todos los te amos y de llevar aun en mi cuerpo tus caricias y tu olor. Desperté a esta odiosa realidad y he comenzado a borrar de mi piel y de mi corazón todo lo sucedido anoche.

Es ahora cuando se lo que realmente significa el exilio: me he desterrado por completo de los terrenos farragosos de tu amor, donde la condición inequívoca es perderme en ti, donde me he aborrecido por no haberme entregado completamente.

Y cierto dolor me oprime el corazón, pero esta vez tengo la certeza de que es por mí: por mi incapacidad, por mis elecciones y mis errores. Por todas las oportunidades que he dejado pasar de largo.

La constante de estos días ha sido el olvido, he desahuciado a aquella que fui, hambrienta de aventuras, pero sobretodo de un poco de ternura.

abril 17, 2007

Encargo

No me des tregua, no me perdones nunca.
Hostígame en la sangre, que cada cosa cruel sea tú que vuelves.
¡No me dejes dormir, no me des paz!
Entonces ganaré mi reino,
naceré lentamente.
No me pierdas como una música fácil, no seas caricia ni guante;
tállame como un sílex, desespérame.
Guarda tu amor humano, tu sonrisa, tu pelo. Dalos.
Ven a mí con tu cólera seca de fósforo y escamas.
Grita. Vomítame arena en la boca, rópeme las fauces.
No me importa ignorarte en pleno día, saber que juegas cara al
sol y al hombre.
Compártelo.

Yo te pido la cruel ceremonia del tajo,
Lo que nadie te pide: las espinas
Hasta el hueso. Arráncame esta cara infame, oblígame a gritar
al fin mi verdadero nombre.

Julio Cortázar

abril 11, 2007

Y si hacemos una travesura?


¿Y si por un momento fantaseamos con que solo tú y yo poblamos el mundo? Que nuestro único encargo es entregarnos devotamente a la lujuria. Que todo el día es noche, y bajo el cobijo exclusivo de las estrellas debo recorrer tu cuerpo con mis labios. Mi única consigna sería explorarte, dejar que me penetres, que me invadas y te vengas en mí.
¡Como te extraño!

abril 09, 2007

Enredos y desenredos



Olvidé por algún tiempo
la cruel posición del que busca
y busca sin
encontrar


La sola idea de despertar enredada en otro cuerpo me seduce; sin embargo, la voz de un pequeño demonio me dice que aún no es tiempo. Juego con todas mis cartas, me gusta esta posición de seducir, de saberme deseada y al mismo tiempo sometida.

Por otro lado, es el amor de seis a nueve, de cuartos de hotel, de miradas furtivas y fugaces roces el que me mueve. Me encanta esta sensación de peligro, de incertidumbre, de la inmediatez. El asunto de ser la meretriz, de saberme lo prohibido y ser la “travesura” del otro es inmejorable. Non vidi, ergo non est, o como dicen en mi pueblo, ojos que no ven, cuernos que no salen.

Pero el trasfondo es otro: mi corazón huye de los compromisos, de las relaciones a largo plazo, de la estabilidad (¿bienestar?) de la caricia que otorgada mediante contrato –verbal o impreso-