enero 08, 2009

Ella y yo hacíamos el amor diariamente. En otras palabras, Los lunes, los martes y los miércoles Hacíamos el amor invariablemente... Los jueves, los viernes, y los sábados, Hacíamos el amor igualmente... Por ultimo los domingos Hacíamos el amor religiosamente. Hacíamos el amor compulsivamente. Lo hacíamos deliberadamente. Lo hacíamos espontáneamente. Hacíamos el amor por compatibilidad de caracteres, Por favor, por supuesto, por teléfono, De primera intención y en ultima instancia Por no dejar y por si acaso, Como primera medida y como ultimo recurso. Hicimos el amor por osmosis y por simbiosis: Y a eso le llamábamos hacer el amor científicamente Pero también hicimos el amor yo a ella y ella a mi: Es decir, recíprocamente. Cuando ella quedaba a la mitad de un orgasmo Y yo con el miembro convertido en un músculo fláccido no podía llenarla Entonces hacíamos el amor lastimosamente. Lo cual no tiene nada que ver con las veces en que yo me Imaginaba que no iba a poder, y no podía, Y ella pensaba que no iba a sentir, y no sentía, O bien estábamos tan cansados y tan preocupados que ninguno de Los dos alcanzaba el orgasmo. Decíamos entonces Que habíamos hecho el amor aproximadamente. O bien a ella le daba por recordar las ardillas que el tío Esteban le trajo de Wisconsin Que daban vueltas como locas en sus jaulas olorosas a creolina Y yo por mi parte recordaba la sala de la casa de los abuelos Con sus sillas vienesas y sus macetas de rosas, Esperando la eclosión de las cuatro de la tarde... Así era como hacíamos el amor nostálgicamente Viniéndonos mientras nos íbamos tras viejos recuerdos. Muchas veces hicimos el amor contra natura, A favor de natura, Ignorando a natura. O de noche con la luz encendida, O de día con los ojos cerrados. O con el cuerpo limpio y la conciencia sucia, O viceversa. Contentos, felices, dolientes, amargados, Con remordimientos y sin sentido. Con sueño y con frío, Y cuando estábamos conscientes de lo absurdo de la vida, Y de que un día nos olvidaríamos el uno del otro, Entonces hacíamos el amor inútilmente. Para envidia de nuestros amigos y enemigos, Hacíamos el amor ilimitadamente, magistralmente, legendariamente. Para honra de nuestros padres, hacíamos el amor moralmente. Para escándalo de la sociedad, hacíamos el amor ilegalmente. Para alegría de los psiquiatras, hacíamos el amor sintomáticamente. Hacíamos el amor físicamente, De pie y cantando, De rodillas y rezando, acostados y soñando. Y sobre todo, Y por la simple razón De que yo lo quería así Y ella también, Hacíamos el amor...voluntariamente.
PANILURO DE MÉXICO

enero 04, 2009

¡Ya lloré!

Después de varios (varios varios) días de no llorar y lamentar tu ausencia, hoy me di el chance de regodearme de dolor.
Mis ojos, empequeñecidos por las lagrimas no alcanzan a vislumbrar con facilidad lo que dice esta pantalla; sin embargo, puedo palpar con una espantosa atrocidad mi melancolía. Ningún llamado ha sido suficiente para que en estos dos años de relación te convenza de iniciar una vida juntos; todos los compromisos y las responsabilidades han estado antes -dijiste una vez "Aquellos que suenan como pretextos" y que comienzo a creer que lo son-.
Sin embargo, y por trillado que parezca, este año nuevo me ha traido nuevas cosas. Una inusitada necesidad de cocinar, y aunque a veces me soprendo recogiendo mis lágrimas de la pasta que cocino, he recibido muy buenas críticas a mis platillos: las mejores y más importantes de mis hijos.
Por otro lado, la cuesta de enero me ha permitido ahorrar hasta el día de hoy la valiosísima cantidad de ¡60 pesotes! Tengo la intención además de engordar a mi puerquito, de mantenerme pulcra de deudas. Me gran pendiente sigue aguardándome .... y espero que este sea el último año que se mantenga así (después de casi 10 años). Por cierto, ya estoy divorciada ¿y mi acta?¿y mis cincuenta mil pesos?
Por cierto, al (la) suertudo(a) que se sacó los 300 millones del melate ¡que se ponga la del Puebla!