mayo 17, 2007


Sí, vine a una cantina a olvidarte. A que el tequila me escupiera tu desprecio. A darme cuenta de una verdad innegable: no me amas.
Soy sólo una novedad en tu vida, la puta con la que ahora te acuestas y con la que te revelas como no lo habías hecho jamás.
Tu indiferencia insoslayable me redime a mi figura de amante. Pero más allá del término romántico que he acuñado por siglos, tu olvido me aisla y me transforma.
De un plumazo te borro de mi corazón, mi piel ha dejado de ser terreno fértil para tus caricias: soy yo ahora quien te desprecia.

No hay comentarios.: